Ultima vuelta

En Francia donde Carlos Sainz y Lucas Cruz pudieron probar ya el Peugeot 2008 DKR, la joya con la que la marca francesa pretende poner fin al reinado de X-Raid y su Mini y con la que volverá a la competencia después de 25 años de ausencia.

 

El objetivo no es otro que conquistar el título con un buggy de dos ruedas motrices, algo que no ocurre desde que lo lograra Jean-Louis Schlesser en 2000. "Al entrar en el mundo de los raids, la primera pregunta que debemos hacernos es si tenemos intención de competir con un coche de cuatro ruedas motrices o solamente de dos. Después de haber analizado en profundidad ese asunto, decidimos apostar por una transmisión de dos ruedas, porque consideramos que presenta una serie de ventajas interesantes", comentó Bruno Famin, director de Peugeot Sport.

 

El responsable directo de llevarlo a la práctica fue Jean-Christophe Pallier, director del proyecto. "Para empezar, el peso del vehículo se reduce notablemente, lo que unido a una rueda de mayor tamaño es de gran utilidad a la hora de superar obstáculos. Que la rueda sea tan grande nos permite tener un voladizo de la carrocería menor delante y detrás, y la suspensión nos permite tener una distancia del chasis al suelo de 400 milímetros, en vez de los 250 habituales, ideal para superar cualquier accidente del terreno”, declaró.

 

Sainz y Cruz se reencuentran en el proyecto de Peugeot, donde pretenden sumar las alegrías que en su día lograron con Volkswagen y aquel título en el Dakar 2010 al volante del Touareg. El coche que han probado en tierras francesas, ese imponente 2008 DKR de Peugeot, es un monstruo con motor central diésel V6 de 340 CV y 2.993cc.